Gerene Grant: Voz del pueblo negro de habla inglés en Honduras
Desde una playa bañada por la historia oral en Camp Bay hasta los pasillos del Congreso Nacional, la voz de Llezamor Geranio Grant Watler, más conocida como Gerene Grant, resuena con la fuerza de las generaciones que la precedieron. Con la firmeza de quien sabe de dónde viene y la claridad de quien sabe hacia dónde va, Gerene ha dedicado su vida a visibilizar, proteger y proyectar la identidad del pueblo afrodescendiente de habla inglesa de Honduras.
Sus inicios políticos y de justicia social

Nacida un 14 de febrero, su nombre es un homenaje al amor. Pero su verdadera herencia es otra: la de la lucha.
«Mi abuela paterna fue muy activa en política, igual que mi tío, el profesor Marthel Watler, quien luchó por la educación intercultural y los derechos comunales. Incluso mi papá también fue muy involucrado», cuenta Gerene.
A ellos les debe su primera conciencia política, cuando la llevaban «de arriba para abajo» en reuniones y encuentros comunitarios. No era un juego. Era una escuela viva.

A los 25 años, Gerene tomó su propio lugar en la historia. Ante las injusticias que se vivían en las Islas de la Bahía —la conflictiva tenencia de tierras, el abuso policial, la falta de acceso a información en inglés— decidió actuar. Fue entonces cuando fundó el Bay Islands Network, el primer canal de medios en inglés dedicado a informar a su comunidad sobre lo que sucedía tanto en las islas como en el resto de Honduras. “Nuestros ancestros aprendieron a leer y escribir en inglés, por eso no entendían muchas cosas que pasaban en el país. Había un choque cultural”, explica.
Cultura, memoria y lucha

Más allá de los micrófonos y cámaras, Gerene ha liderado procesos culturales profundos. Es una de las principales voces que insiste en la necesidad de reconocer que el pueblo negro de habla inglesa no es una extensión de otro grupo étnico, sino una comunidad con historia, fe, idioma, costumbres y expresiones propias.

“Nos diferenciamos de los garífunas en muchas cosas”, aclara. La religión (monoteísta y cristiana), las prácticas culturales (como el baile tradicional Plait Pole), la lengua (inglés como lengua materna), y hasta la comida, donde destaca el Coconut Dinner (conocido en Honduras como tapado) y el Macoy como distintivos. También habla con orgullo de la vestimenta que fusiona raíces africanas con influencias británicas, y de la conciencia ambiental que define su forma de vida.

Ese orgullo se traduce en acción. Bajo su liderazgo, el Congreso Nacional de Honduras aprobó el Decreto 64-2024, que garantiza la inclusión del idioma inglés en las escuelas de la comunidad, así como el derecho a ser informados y consultados en su propia lengua. Además, logró la ampliación del Mes de la Herencia Africana, que pasó de durar una semana a todo un mes, para hacer justicia a la diversidad de actividades y comunidades involucradas.
Mes de la Herencia Africana

Entre las actividades Gerene destacó el “Chatta Talk” en Camp Bay, un reflejo vivo de este trabajo es que ancianas comparten saberes medicinales ancestrales, se cocinan platos tradicionales frente al mar, se honra a las parteras de la comunidad y se revive la memoria de un pueblo más vivo que nunca. “Lo hacemos en la playa, porque ahí acampaban los piratas, por eso se llama Camp Bay”, relata con una sonrisa.
Un futuro con propósito

Aunque el camino ha sido arduo, la visión de Gerene no se detiene. Recientemente, se convirtió en una de las candidatas más jóvenes a diputada suplente de Islas de la Bahía por el Partido Liberal. “Mi propósito de aquí a cinco años es impulsar leyes que beneficien al pueblo negro de habla inglesa”, afirma con determinación.

Hoy, lidera comités, coordina redes entre Honduras y la diáspora —especialmente en Boston y Nueva York— y continúa generando materiales educativos que enseñan sobre comidas, tradiciones, palabras y modos de vida afroinsulares. Para ella, cada persona que aprende sobre su cultura es un nuevo embajador del respeto y la comprensión.

“Mi satisfacción es que, aunque sea una persona, se lleve algo nuevo de nosotros. Porque eso se multiplica”.
Gerene Grant no solo representa a su comunidad. La articula. La documenta. La defiende. La proyecta. Y en tiempos donde la identidad parece desdibujarse en el ruido de lo urgente, su trabajo es una afirmación firme y hermosa de que la memoria también es un acto de amor.
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