Festival de Piratas en Jonesville: Tradición y diversión familiar
La comunidad de Jonesville, al este de Roatán, se transformó este fin de semana en un auténtico puerto pirata para celebrar uno de los eventos más coloridos del año: el Festival de Piratas, una jornada llena de alegría, cultura isleña y entretenimiento para todas las edades.

Entre barcos decorados, trajes de corsarios, música caribeña y el aroma tentador de la comida tradicional, los visitantes y locales disfrutaron de una experiencia que homenajea el espíritu aventurero de la isla y su historia ligada al mar. Desde muy temprano, las calles y muelles de Jonesville se llenaron de niños, jóvenes y adultos luciendo disfraces piratas, con sombreros de tres picos, parches en el ojo y espadas de utilería, dispuestos a vivir un día diferente.
Comida típica y hospitalidad isleña


Uno de los principales atractivos fue, sin duda, la gastronomía tradicional. Se ofrecieron delicias como el “rice and beans” con leche de coco, pescado frito recién sacado del mar, pan de coco y los famosos pastelitos isleños. Vendedores locales prepararon sus recetas con esmero, compartiendo no solo su sazón, sino también historias y sonrisas con los asistentes.
“Este festival es una manera de mantener viva nuestra cultura y también de atraer visitantes que quieran conocer la esencia de Jonesville”, comentó Darlene Flowers, una de las organizadoras del evento.
Música en vivo y ambiente familiar

Durante toda la jornada, grupos musicales locales animaron el ambiente con ritmos que iban desde el calipso hasta el reggae y la punta. El escenario principal, decorado como un antiguo barco pirata, vibró con la energía de las bandas mientras los más pequeños disfrutaban de juegos, concursos de disfraces y actividades recreativas organizadas especialmente para ellos.
Más que un festival, una celebración de identidad

El Festival de Piratas de Jonesville no solo fue un día de fiesta, sino también un acto de afirmación cultural. En un mundo cada vez más globalizado, esta celebración recuerda el valor de preservar nuestras tradiciones, de convivir como comunidad y de mostrar con orgullo lo que hace única a Roatán.
Para quienes asistieron, fue una oportunidad de reconectar con sus raíces o de descubrir una parte especial de la isla. Y para Jonesville, una forma vibrante de demostrar que su historia, su gente y su sabor están más vivos que nunca.
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