Con la distinción que la ha convertido en ícono del cine francés, Juliette Binoche volvió a robarse las miradas en la ceremonia de apertura del Festival de Cannes, esta vez con un aura aún más poderosa: la de una mujer que no solo brilla por su talento, sino también por su compromiso.
En esta 78ª edición, Binoche no solo participó como actriz invitada, sino que asumió el rol de presidenta del jurado, compartiendo protagonismo en el escenario con Laurent Laffite, maestro de ceremonias de apertura y clausura.
Dior: un diseño de alta costura hecho con paciencia y perfección
Para marcar su primera aparición sobre la alfombra roja, Binoche eligió un conjunto de alta costura de Dior, diseñado por Maria Grazia Chiuri. La creación, en crepé de seda color hueso, está compuesta por un top con capucha y pantalón a juego, una combinación moderna y sofisticada.
Esta pieza no fue una obra casual: requirió de dos artesanos y 200 horas de trabajo meticuloso, reflejando el valor artesanal y el lujo silencioso que define la maison francesa.
El toque final: joyas, peinado y una actitud impecable
La actriz complementó su look con un recogido bajo, sobrio y elegante, que permitió destacar un pendiente colgante de diamantes de Chopard, sutil pero impactante. Cada elemento del estilismo evocaba sobriedad, poder y estilo atemporal.
Un mensaje poderoso en medio del glamour
Más allá del vestuario, Juliette se robó la noche con su discurso inaugural, en el que rindió homenaje a Fatma Hassouna, una joven fotoperiodista palestina asesinada en Gaza el pasado 16 de abril, a los 25 años. Hassouna protagoniza el documental Put Your Soul on Your Hand and Walk, dirigido por Sepideh Farsi y presentado este año en la selección ACID del festival.
Con este gesto, Binoche recordó que el verdadero poder de una figura pública no está solo en lo que viste, sino en lo que decide visibilizar. En Cannes, brilló por fuera con Dior, y por dentro, con humanidad.
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