Britthany Marroquín regresa a Honduras tras brillar en Miss Universe Latina
La sonrisa de Britthany Marroquín volvió a iluminar el suelo hondureño. Tras varias semanas de intensa competencia en el reality Miss Universe Latina (MUL), la modelo sampedrana regresó a su país con una maleta llena de vivencias, aprendizajes y, sobre todo, una nueva conexión con su esencia.
El recibimiento fue cálido. Familiares, medios y seguidores se reunieron para celebrar no sólo su regreso, sino el orgullo que representa verla brillar a nivel internacional. Su paso por el reality, transmitido por Telemundo, fue una experiencia que la puso a prueba en todos los sentidos: física, emocional y espiritualmente.
Un viaje que trascendió lo estético

Britthany no fue solo una concursante más. Desde el primer episodio se robó las miradas al presentar una espectacular coreografía de punta, en honor a las raíces garífunas del Caribe hondureño. No fue una elección casual: fue su manera de decir «soy de aquí, y me llevo mi cultura a donde vaya».
Esa autenticidad fue precisamente lo que la hizo conectar con el público. Votación tras votación, semana tras semana, logró posicionarse entre las favoritas, incluso dentro del equipo liderado por la ex Miss Universo Alicia Machado. Su talento escénico, su inteligencia emocional y su capacidad para inspirar la distinguieron entre las demás participantes.
La vulnerabilidad como bandera

Más allá de los reflectores y los vestidos de gala, Britthany también mostró su lado más humano. Durante una de las emisiones del programa, compartió públicamente su experiencia luchando contra la depresión, rompiendo estigmas en un espacio donde la perfección suele imponerse. Con voz firme, envió un mensaje poderoso a miles de jóvenes: que pedir ayuda también es una forma de valentía.
Ese momento marcó un antes y un después en la narrativa del certamen, y convirtió a Britthany en una representante no solo de la belleza catracha, sino del coraje silencioso que muchas mujeres llevan dentro.
Un regreso con propósito

Su visita reciente a San Pedro Sula, como invitada especial en la gala de Miss Honduras Universo 2025, fue más que simbólica. Fue un acto de reconocimiento, no solo a su trayectoria, sino a lo que representa: una mujer hondureña joven, preparada, resiliente y comprometida con visibilizar su cultura en plataformas globales.
La noche del evento, entre luces, cámaras y aplausos, Britthany no era solo una ex concursante; era un referente. Sus palabras, suaves pero contundentes, recordaron a las nuevas candidatas que el verdadero impacto de una reina no está en la corona, sino en el legado que deja.
El futuro desde casa
Ahora, ya en su tierra, Britthany ha expresado su intención de trabajar desde Honduras en proyectos que impulsen el bienestar emocional de los jóvenes y promuevan el arte, la moda y la cultura nacional. Si bien su etapa en el reality terminó, su historia apenas comienza.
Porque Britthany no regresó como se fue. Regresó con el corazón más fuerte, con una voz más firme y con el mismo compromiso de siempre: representar a Honduras con dignidad, con talento y con alma.
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